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Re-existencias

Existen en todas las ciudades personas que re-existen. Bajo las arcadas, en los bancos públicos, en las calles y en las plazas. Algunos no tienen casa, ni coche, ni otras disponibilidades. Algunos resisten con muchos tetra brik de vino, otros con fantasía, otros con rabia o poesía. Y los hay que no lo consiguen.

- Siempre he ido a misa...quizás el Señor está ya muy mayor y no hace nada a derechas. ¡No voy más a misa!

- Un pingüino ataca un tiburón. No, diez pingüinos atacan a un tiburón. Diez pingüinos atacan a un tiburón en la barriga. Y el tiburón muere. Un pingüino ataca al tiburón y el tiburón muere. Está fuerte el pingüino ¿sabes?

- Yo soy Gaetano y vengo de lejos. Soy el único sobrino de la Condesa de Ipilli y cuidaba de las tierras de mi padre. Luego nos paró la mafia y yo me fui a Alemania a trabajar. Hice de todo: camionero, peón, … me casé y tuve dos hijos en Alemania. Luego lo dejé todo porque la mafia me había bloqueado la pensión y volví a Italia: Roma, luego Arezzo, Vinci, luego Nápoles e incluso Palermo. Porque me habían dicho que allá encontraría buenos abogados. Uno bueno que no se asusta delante de la primera amenaza, cuando te empiezan pidiendo quinientos euros. Luego en Roma encontré en un tren, porque vivía en los trenes en la estación, una mujer rumana que vive en Turín con un italiano. Me dijo que en Turín hay buenos abogados valientes. Por eso me vine aquí.

- Soy Terry y estuve ocho años en un Centro, en San Patrignano, con mi marido. Luego la cosa se lió y su madre nos acogió en su casa. Luego mi marido encontró trabajo y yo me quedé embarazada. Alquilamos un piso debajo de mi suegra. Pero luego al rato yo no la aguantaba más e me largué aquí a Turín. Trabaje un tiempo cuidando a un viejo. Luego encontré a un chico y me fui con él. Me pegaba pero me quería. Luego supe algo de él y no pude más y ahora estoy en la calle. Descubrí que se pinchaba y no, con eso de verdad no puedo. Entonces me fui pero me atropelló la policía. Ahora me tienen que dar un buen pellizco. Pero con mi hijo estamos siempre en contacto ahora.
- Yo persigo los objetivos. Es decir, el primero es irme a Venus, porque aquí parece Marte. Me he tirado veinte y cinco años en el trullo, luego el juez me dijo que se había equivocado y salí. Tengo una hija y media. ¿De qué sexo? Quién sabe... Tenía una mujer española, que además era mi hija, una pequeñita, una niña, me la llevaba por ahí... la conocí en Londres cuando cocinaba en los mejores locales. Por aquel entonces estaba en Alemania. Me he tirado quince años en la discoteca. No, no pinchaba discos, yo estoy en otro sitio, más allá. Ahora he venido aquí pero el sistema italiano no me acepta. Estudié cinco años en la cárcel y el Estado no lo acepta. Ahora estoy estudiando a los de los Servicios Sociales y a los psiquiatras. Pero la calle es otra cosa, hay que correr y yo no me paro, ahora sólo vuelo libre.



Text&Foto: Andrea Gravela
Trad esp: Sara Delgado/Paolo Gravela
©CapGazette
Jul 2014