salmo del asno

 
Salmo del Asno

Tú que sabes convertir mi asno en dromedario
para cruzar el desierto, o en reno, águila
o ballena mar adentro.

Tú que sabes llenar de conejos mis bolsillos vacíos
y de confetis y palomas mi sombrero desgastado,
mis zapatos ajados.

Tú que haces brotar las palabras del silencio,
los cuentos de los recuerdos, el pues del ayer,
el sol por la mañana.

Tú que me enseñaste a tomarme en serio
pero con ironía, a medirme con los árboles
en fantasía.

Tú que me das el tiempo que tengo, el frío que tuve,
a pesar de las faltas y la lluvia y las veces
que caí distraído.

Tú que eres el aire que inspiro, la saliva que escupo,
el cielo envejecido, el silencio
de un cuento perdido.

Tú que para dejarme sitio entre los granados
quisiste quitarte del medio, alejarte,
desenfocarte.
Tú que mientras te invento
me has inventado.


Text&Foto: Lino Graz. El Viaje Lento 1, 2010. Traducción al español: Sara Delgado/Paolo Gravela
Libremente inspirado en el homónimo poema del místico hebreo valenciano
Ben a-Tariq, siglo X-XI. ©CAPgazette
Abril 2014