Isabel Rodríguez, pintora

 
Isabel Rodríguez, pintora

Hemos pedido a Isabel Rodríguez, pintora malagueña afincada hace tiempo en Barcelona, que nos contara algo de su formación artística, su relación con el arte, los materiales. Aquí va su amable e intensa respuesta.
No fui consciente

“No fui consciente de mis dotes para el dibujo hasta que fui mayor, de pequeña ganaba algún que otro premio en el cole, pero en casa se consideraba normal porque mis hermanos eran también excelentes como dibujantes, así que no tenía mucho mérito.
Desgraciadamente no guardo ni uno de mis dibujos de la infancia, nos mudamos de casa varias veces y mi madre tiró todos los dibujos de mis hermanos y míos, porque en la casa ya había suficientes trastos para almacenar más papelotes con dibujos.
En aquella época no le di demasiada importancia, la verdad es que éramos muchos en casa, somos una familia de seis hermanos (yo la única chica) con mis padres y la abuela que también pasaba temporadas con nosotros.
Me alimenté de otras disciplinas artísticas como el teatro, la escritura en la universidad, y el dibujo siempre estaba ahí como una especie de meditación para calmar la mente, el lápiz y el papel me llevaban al mundo del silencio".
Fue de mayor

"Fue de mayor, cuando nacieron mis hijas y dibujábamos para hacer nuestros propios cuentos, que retomé de nuevo el dibujo. Por supuesto apunté a mis hijas a cursos de pintura y me dije: ¿por qué no me apunto yo también? Y ahí empezó mi nueva andadura artística.
Como cualquier disciplina artística requiere enfrentarse con retos profundos y muy personales, eros y tánatos , tu ángel y tu demonio están presentes y en continua lucha para aflorar.
Tenía una familia, trabajaba, pintaba y, como un gran número de personas en nuestro país, me quedé en paro, un duro golpe, pero me dije que este rompimiento de una parte importante de mi yo podía ser la oportunidad para dedicarme enteramente a la pintura.
Las técnicas que utilizo han ido variando a lo largo del tiempo, es ir andando un camino sensorial en el cual vas descubriendo texturas, colores, formas donde todos los sentidos entran en juego y empieza un baile de seducción continua.
Para aliviar costes empecé a utilizar pintura acrílica y sólo blanco y negro, resultó un gran descubrimiento, las aguadas y el secado rápido me permitieron una nueva expresión.
De vez en cuando vuelvo al color porque en ese baile de los sentidos vuelven a sonar Mozart y Verdi y la seducción hace de las suyas, pero ay ¡ cuando suena Beethoven me arrastra a las profundidades más incógnitas de mi ser".
Entrevista a Isabel Rodríguez: Paolo Gravela ©CapGazette.
Imágenes: cuadros y aguadas ©Isabel Rodríguez: Destinos / Juegos / Inrevés.
Nov 2014